También en la vida del intérprete de
conferencias pueden aparecer situaciones imprevistas, incómodas y/o indeseadas
y es muy recomendable tener soluciones prácticas a mano:
1.
Vaya siempre equipado con un buen
bloc de notas, aunque le hayan contratado para simultánea. La garantía de que
se encuentre con una cabina en el lugar esperado no es absoluta. Si no hay
cabina, no se desespere, el bloc seguro que le sacará de apuros y todo el mundo
le admirará por lo hábil que es en el arte de la taquigrafía (sic).
2.
Si tiene suerte y se encuentra con
una cabina en el lugar de la reunión, compruebe que dispone de todo el material
que necesita. Si echa de menos sillas, una consola, enchufes o lámpara, pídalo
educadamente al técnico o al personal del hotel. Ellos no tienen por qué saber
que un intérprete se sienta en cabina o que para una reunión superior a 40
minutos son necesarios dos
intérpretes.
3.
Revise siempre el estado de
construcción de la cabina (fija o móvil) y mantenga la compostura aunque la
mesa haya cedido al apoyarse en ella y se haya desplomado en sus rodillas
(¡ay!) o un panel del techo se haya soltado y haya caído a modo de lanza en el
iPad que se compró el mes pasado.
4.
Si le mandan a un cuarto al otro
lado de la sala de conferencias y se encuentra con una mesa y una consola pero
sin visión directa sobre la sala o sin monitores, no se enfade. Se supone que
un intérprete solo va traduciendo lo que oye y no lo que ve, por lo tanto nadie
tiene por qué conocer todos los caprichos de un “traductor simultáneo”.
5.
Si acude a unos estudios de radio
o televisión y le anuncian que todo funciona a la perfección y que no hace
falta probar nada, no se fíe. Se podría encontrar con que, al empezar la
entrevista en directo al ministro de economía, oyera su propia voz superpuesta
a la del orador. Mantenga la calma e intente descifrar las palabras del
ministro y distinguirlas de las suyas.
6.
Si tiene el gran privilegio de
tener que acompañar a este mismo ministro o al presidente del gobierno e
interpretar en susurrada o en enlace la entrevista con su homólogo de otro
país, aproveche los días previos para ponerse en forma y así poder mostrar su
fuerza de codos ante los guardaespaldas, que en todo momento querrán alejarle
del personaje. Si no lo hace, se arriesga a perderse la entrevista.
7.
Si alguna vez tiene que trabajar en
una visita a una fábrica, lleve ropa y calzado cómodos y no se atuse demasiado
el pelo ese día: tendrá que llevar casco, gafas protectoras o incluso tapones
en los oídos. Sí, tal como lo oye. Es cierto que esto dificultará bastante su
trabajo.
8.
Si tiene el gusto de tener que
acompañar a una delegación a hacer una visita a un matadero, es aconsejable no
comer demasiado durante las horas previas y no hacer comentarios sobre la
protección de los animales o sobre su condición de vegetariano.
9.
Si a su hija/o de cinco años le
preguntan en el colegio a qué se dedica su madre/padre y la criatura responde
que “a hacer y deshacer maletas”, no se lo tome mal. Es normal que los niños le
echen de menos después de dos meses seguidos de viaje y seguro que más adelante
sabrán entender la importancia y trascendencia de su profesión.
10. Recuerde: pase lo que pase durante el ejercicio de su profesión – no
pierda los nervios, no grite, no llore, no haga muecas ni gestos, no resople,
no patalee, no critique, no se queje, no se canse, no se agobie, no se enfade. Todo
pasa en esta vida.
Buenos
consejos basados en hechos reales J