Por Cristina Amils, AIB
La voz es el espejo del alma. Cuántas veces no habremos oído esta frase y asentido en silencio. La voz es la expresión más directa de nuestro ser, el vehículo para comunicarnos con el mundo que nos rodea. Pero para los intérpretes de conferencias, en concreto, es mucho más que eso: es nuestra herramienta de trabajo. Sin ella, nuestro trabajo no sería posible.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Sabemos cómo tratar, cuidar, mimar a nuestra voz? ¿Somos conscientes de que es un órgano de nuestro cuerpo que requiere de ciertas atenciones para funcionar correctamente?
Quienes saben mucho de eso son los logopedas. Ellos deberían ser a los intérpretes lo que los fisioterapeutas a los deportistas de élite. Hablamos con Elisabeth Castro, logopeda, especialista en trastornos de la voz y profesora de canto formada internacionalmente y que ejerce en Barcelona. Le pido que me dé consejos concretos para una buena higiene vocal y propongo clasificarlos en tres apartados: cosas que no deberíamos hacer nunca, cosas que deberíamos hacer siempre y cosas que podríamos hacer para mantener y aumentar el rendimiento de nuestra voz. Ahí van:
NEGATIVO
- Susurrar, ya sea en el cine o en el trabajo. Es preferible hablar a bajo volumen porque cuando susurramos provocamos una constricción de la musculatura de la garganta.
- Tomar caramelos o dulces cuando sentimos molestias de garganta. Los dulces consiguen que segreguemos toda la saliva que guardamos como reserva para casos de necesidad y que esta vaya a parar al estómago, dejando la boca aún más seca a la larga. En estos casos, es mucho mejor utilizar un pequeño pulverizador de agua o un espray de própolis para aliviar las molestias e hidratar la garganta.
- Hablar mucho en el coche, en la calle o en lugares ruidosos, si utilizamos la voz como herramienta de trabajo. En estos sitios suele haber más ruido de lo que creemos y casi siempre acabaremos gritando y forzando la voz
-Algo que, de hecho, ya sabemos: el consumo de tabaco o permanecer en lugares con mucho humo. Reseca las cuerdas vocales, las puede llegar a inflamar y altera el flujo normal de las secreciones.
POSITIVO
- Es importante asegurar una buena hidratación de las cuerdas vocales. ¡Ojo, el café y el alcohol no nos sirven! Al contrario, deshidratan las cuerdas vocales
- Las cuerdas o pliegues vocales son pequeños músculos. Cuando hacemos deporte, nos recomiendan calentar la musculatura previamente para evitar lesiones y aumentar nuestro rendimiento. Con la voz deberíamos hacer lo mismo: escalas sencillas o hacer la “sirena” para ir estirando las cuerdas vocales. Así también evitaremos la monotonía (tono plano y monótono), que puede perjudicar a nuestro aparato fonador e incluso llegar a provocar nódulos.
- Para los profesionales de la voz sería óptimo empezar a trabajar nueve horas después de levantarnos. Misión imposible, cierto, pero podemos acelerar el proceso de calentamiento con ejercicios vocales tales como escalas, deslizamientos de la voz, lip bubble, etc.
RECOMENDACIONES
- A fin de alargar las cuerdas vocales en diferentes tonos y mantener el tono de la musculatura diafragmática, es aconsejable asistir regularmente a clases de canto o realizar ejercicios vocales dirigidos.
- Al igual que se recomienda realizar chequeos de salud regulares, también sería más que aconsejable pasar la ITV de nuestro aparato fonador con un logopeda una vez al año. Un profesional podrá escucharnos desde fuera y modificar las tendencias perjudiciales para nuestra voz.
- Muy importante: tras un resfriado o gripe acompañados de afonía, es muy aconsejable acudir al logopeda para que nos examine y compruebe que el aparato fonador sigue funcionando correctamente, sin posturas compensatorias extrañas adoptadas durante la afonía.
- En caso de variaciones de la estructura dental, brackets, implantes, etc. se debería revisar la voz con un logopeda porque cambian los puntos de articulación en determinadas consonantes y podría ocurrir que la persona intentara compensarlo con un esfuerzo vocal adicional.
- A aquellos que no se someten a revisiones vocales de forma regular siempre les quedará un último recurso más casero: hacer lecturas de textos en voz alta, intercalando comas/pausas frecuentes, a fin de trabajar la coordinación respiratoria, y cambiando los tonos de voz regularmente (imitando voces de niño, voces graves, agudas, etc.) para espabilar las cuerdas vocales y evitar que tiendan a un habla monótona. Cuando llevemos muchas horas en cabina, no estaría de más aplicar el mismo principio y dejar que las cuerdas vocales se relajen a través de la respiración, de breves pausas y pequeños cambios de tono.
¡Larga vida a nuestras cuerdas vocales! 😀