Hoy toca conferencia internacional con figuras de primer nivel sobre un tema interesante, de esas que se pueden seguir aunque uno no sea un experto.
Es tu media hora y tienes la suerte de interpretar una ponencia a cargo de uno de esos oradores brillantes que tanto escasean. Su dicción es buena, habla sin leer, le apasiona el tema y te transmite su pasión. Mientras trabajas en simultánea vas pensando... "Qué interesante lo que está contando... ¡anda! No lo había pensado, qué curioso. Tendré que leer ese artículo que ha recomendado... Cómo me gustaría saber más del tema... Qué graciosa esa anécdota".
Terminas la jornada tras varias intervenciones más y te vas a casa (sí, ese día trabajas en tu ciudad y duermes en tu cama, para variar...)
A la hora de la cena le dices a tu pareja: "¿Sabes? Hoy he tenido la suerte de interpretar a la premio Nobel de la Paz del año pasado y me ha encantado su intervención. Ha dicho cosas muy interesantes." "¿Ah sí? Cuéntame", te contesta.
Es una reunión pública con streaming en Internet (otro día hablaremos de la presión del directo en Internet) y puedes hablar sin vulnerar la confidencialidad a la que te obliga el secreto profesional de AiiC.
"Pues mira ha hablado de...... Y ha dicho que...... y luego me ha gustado mucho......"
Y te quedas en blanco, no eres capaz de contar casi nada, porque no te acuerdas...
¿Cómo es eso posible?
¿Memoria de pez, memoria de intérprete? ¿Acaso no hay que tener buena memoria para ser intérprete?
Pues sí, sin duda, pero es que la usamos para otras cosas, no para memorizar como lo haríamos para un examen.
¿Por qué el intérprete no se acuerda de nada?
Quizás el modelo de los esfuerzos de Daniel Gile [GILE, D. (2009). Basic concepts and models for interpreting and translation training. Amsterdam; Philadelphia: John Benjamins] nos pueda ayudar a responder. La interpretación simultánea es una actividad en la que el profesional tiene que gestionar una serie de esfuerzos y procesos cognitivos de forma simultánea para garantizar una buen prestación.
De forma muy resumida esos esfuerzos son:
- El esfuerzo de escucha y análisis
- El esfuerzo de memoria a corto plazo
- El esfuerzo de producción del discurso
Los lectores interesados en saber más sobre el particular encontrarán un artículo muy interesante en Bootheando "Cerebro de Intérprete" con una extensa recopilación de artículos para profundizar en el tema.
Así que no, no tenemos memoria de pez, simplemente repartimos los esfuerzos de otra forma y no queda energía para dedicar a la memoria que nos lleva al recuerdo después. A todo esto, ¡¿lo de la memoria de pez?! ¿Será cierto? Yo diría que más bien es leyenda urbana, ya lo investigaré.