Por Cristina Amils, AIB
El otro día, en un raro momento de esos en que le permití a mi mente divagar un ratito, pensé en que pronto se acaba el año y que, como quien no quiere la cosa, empezará uno nuevo. Cómo pasa el tiempo… Y qué “raras” somos las personas a la hora de celebrar este tipo de fiestas.
No lo digo tanto por las cosas extravagantes que podemos llegar a hacer, sino por los nombres que les damos. Quedémonos con el ejemplo que acabo de citar, el año nuevo. En Europa estamos más o menos de acuerdo en llamarle así al nuevo año que empieza, pero lo de festejarlo la última noche del año “viejo” ya es harina de otro costal - ahí nos cuesta unificar nuestros criterios.
En España acostumbramos a llamar Nochevieja a la última noche del año, parecido a lo que dicen los neerlandeses con su Oudejaarsavond. Nos quedamos, pues, con lo viejo, con lo que se acaba. Luego están los más optimistas, que a esa noche la llaman New Year’s Eve, es decir, la noche antes del año nuevo. Y finalmente están los que en su día no quisieron mojarse y se salieron por peteneras, como los alemanes o los franceses, entre otros. Ahí se celebra Silvester o la Saint-Sylvestre. ¿Y eso? Los círculos bien informados nos cuentan que en el año 1582 la reforma del calendario gregoriano trasladó el último día del año del 24 de diciembre al 31 de diciembre, día de la muerte del Papa Silvestre el año 335. Esta fecha coincide con la onomástica de San Silvestre y de ahí que el término haya pasado a designar la celebración de la última noche del año (o de la noche previa al nuevo año, según se mire).
Claro que lo más exótico del asunto no es tanto el nombre que se la ha dado a la celebración en cuestión como la forma de celebrarlo. Ahí sí que se puede afirmar que la humanidad ha dado rienda suelta a su imaginación…
En Alemania se ahuyentan los malos espíritus a base de cantidades ingentes de petardos y fuegos artificiales en todo el país. Tantos, que las partículas finas en el aire se disparan hasta valores insospechados y pueden llegar al equivalente de una séptima parte de las partículas que emite el tráfico rodado en un año.
En Francia también disfrutan de los fuegos artificiales en los Campos Elíseos y su elegancia natural los condena a tomarse una copa de buen champán para entrar comme il faut en el año nuevo.
En Italia son precavidos y se comen un buen plato de lentejas para asegurarse la prosperidad y la fortuna durante el próximo año. Cuentan que los romanos ya se regalaban lentejas al cambiar de año como símbolo de buena fortuna.
Los daneses también quieren asegurarse la buena fortuna en el nuevo año, pero para ello recurren a métodos más drásticos y estrellan parte de su vajilla contra las puertas de los amigos. La gracia está en acumular mucha vajilla rota en la puerta de casa porque es señal de que uno tiene muchos amigos que le quieren bien.
En el Reino Unido es imprescindible besarse bajo la hoja de muérdago que se cuelga en el marco de la puerta, tradición que, por lo visto, se remonta a la época de los druidas en la Edad Media. Luego toca correr, para preservar la tradición del First Footing, que consiste en ser el primero en visitar a los amigos y familiares después de las doce de la noche.
¿Y en España? En España no podemos celebrar la Nochevieja sin un televisor que nos toque las doce campanadas porque la tradición exige que nos tomemos las uvas con cada una de ellas. Aunque parezca una tradición muy antigua, data únicamente de 1909 y se debe a razones digamos que más bien pragmáticas. Aquel año se produjo un excedente enorme en la cosecha y decidieron repartirlas entre la población. Bueno, al menos esa es una de las versiones que circulan…
Tampoco se nos puede olvidar llevar una prenda interior de color rojo, que nos ayudará a conseguir buena suerte y felicidad en el año nuevo.
Sea como fuere, es evidente que con cada 1º de enero estrenamos un nuevo año, le llamemos como le llamemos a la celebración y hagamos lo que hagamos durante esa última noche.
AIB os desea a todos un ¡Próspero año nuevo! Happy New Year! Feliç any nou! Bonne année! Gutes neues Jahr! Buon Anno! Gelukkig Nieuwjaar!