Por Cristina Amils, AIB
Siempre me he preguntado qué vínculo existe entre la música y el multilingüismo. ¿A quién no le ha llamado la atención la gran cantidad de intérpretes de conferencias que en su tiempo libre se dedica a producir música de un modo o de otro?
Yo misma soy hija de pianista y me he criado inmersa en un mundo repleto de músicas diversas y múltiples lenguas. A veces pienso que no podía acabar haciendo otra cosa que la que estoy haciendo hoy: soy intérpretes de conferencias y compagino mi profesión con mi hobby de cantante (básicamente de jazz, pero también de otros estilos afines).
Mi padre, catalán, se formó como músico clásico en Barcelona y muy pronto emigró al continente africano, donde empezó a trabajar en locales nocturnos para “blancos”, tocando música de ambiente o de baile. No olvidemos que el fenómeno de la música enlatada y/o de la mano de disyóqueis llegó bastante más adelante. Mi padre vivió en unos cuantos países antes de aterrizar en Suiza, donde conoció a mi madre, alemana. Entre ellos hablaban en francés, lengua que compartían con la mayoría de músicos de todas las nacionalidades posibles con los que trabajaban, pero gracias a los viajes y al contacto con músicos de diferentes países, mi padre acabó hablando fluidamente cinco idiomas. Cuando se acercaba el final de mi etapa en el instituto, mi padre me empezó a hablar de esa profesión tan interesante que había descubierto en algún lugar y que requería dominar unos cuantos idiomas (mi padre estaba fascinado por esas personitas con auriculares y micrófonos, metidas en una cabina). Me preguntó si no me interesaría estudiar interpretación y… ¡aquí estamos!
Todo esto me ha llevado a menudo a preguntarme qué tienen en común estos dos universos paralelos, si es que tienen algo en común, y, tras indagar un poco, he comprobado que, efectivamente, coinciden en unas cuantas cosas...
- Estructura y gramática: tanto las lenguas como la música tienen sus propios sistemas de estructuras y gramática. Las lenguas recurren a la sintaxis y a las reglas gramaticales, mientras que la música recurre a las notas, las escalas y los patrones de ritmo. Por lo tanto, ambos sistemas disponen de reglas que rigen la disposición de sus elementos.
- Comunicación expresiva: tanto las lenguas como la música se utilizan para transmitir emociones, ideas y mensajes. Mientras que las lenguas transmiten principalmente información verbal y escrita, la música transmite emociones y estados de ánimo no verbales a través de la melodía, la armonía y el ritmo.
- Reconocimiento de patrones: tanto las lenguas como la música se basan en el reconocimiento de determinados patrones. En una lengua, los oyentes o lectores reconocen los patrones formados por palabras, frases y reglas gramaticales, mientras que en la música los oyentes identifican patrones en la melodía, el ritmo y la armonía.
- Aspectos temporales: la música y las lenguas son fenómenos que se experimentan a través del tiempo. En el lenguaje, la comunicación se desarrolla a través de una secuencia de palabras y frases. En la música, el paso del tiempo es decisivo para crear melodías, armonías y ritmos.
- Interpretación: tanto las lenguas como la música requieren del oyente o del lector que interprete lo que está oyendo o leyendo. La interpretación supone entender la emoción o el significado transmitidos y puede ser influido por factores culturales e individuales.
Además, en el caso del multilingüismo hay que añadirle otros aspectos coincidentes, como por ejemplo la memoria y la memorización. La memorización es necesaria tanto para aprender y usar múltiples lenguas, como para producir música. Las personas multilingües tenemos que recordar vocabulario, reglas gramaticales y expresiones idiomáticas, mientras que los músicos memorizan composiciones musicales, escalas y diferentes técnicas asociadas al instrumento que tocan.
La cadencia y el ritmo son también elementos fundamentales en ambos casos. Sin ellos, no sería posible dominar un idioma extranjero y no se podría interpretar una pieza musical.
Lo que más me llama la atención, sin embargo, es la característica más simple y básica que une las lenguas y la música: ambos son canales de expresión individual de pensamientos y emociones.
También hay que destacar que, a diferencia de cualquier lengua natural, el lenguaje de la música es un lenguaje universal para el que no se necesitan intérpretes de ningún tipo 😉 La música transciende las diferencias culturales gracias a sus estructuras básicas.